viernes, 27 de agosto de 2010

El hombre de la sustancia maleable (I)

Había una vez un hombre que tenía una cajita de madera en el pecho. Y dentro de la cajita, una sustancia deforme, densa, maleable, que le latía y le latía. Podía abrir la cajita y cerrarla, inocentemente, dándole un poco de aire, brisa fresca para aclarar los pensamientos. Cuando la cajita se abría, un poco de la sustancia se dejaba flotar y se iba, en forma de gotas, rocío, y se pegaba en la primera chica bonita que aparecía de la nada. Entonces él, tan fácilmente, la amaba, en la intensidad proporcional al tamaño de la gota que se había impregnado en ella, porque él ya era parte de ella, y era feliz. Y así, el hombre rociaba gotitas por doquier, gotitas por acá, por allá, la sustancia había comenzado a adquirir voluntad y la cajita se abría y cerraba, una y otra vez, hasta que la puerta se rasgó de sus goznes y el hombre perdió el control. Mil gotas rociaba al día. Pero volvían al anochecer, volvían cuando él se iba, y regresaba completo a casa, todas las noches.


Un día, el hombre dormía debajo de un árbol, rascándose de vez en cuando a causa de las hormigas y cubriéndose del sol, cuando sintió que algo lo succionaba, que algo lo jaloneaba desde adentro y lo tiraba al exterior. Abrió los ojos desesperado, y buscó con la mirada: de su pecho, de la cajita destruida, ¡las gotas se arremolinaban entre sí y salían a gran velocidad! Levantó la vista, y la vio, ahí estaba, la mujer más bella que había visto en su vida, aunque no habría podido decir por qué, era ella y punto, la que excitaba a sus gotitas. Ya no sintió miedo, comenzó a jalar, desesperado, las cadenas que se formaban al salir, jalaba y jalaba, jalaba y jalaba, hasta que con un sonido seco y pegajoso la sustancia se libró. Y el hombre se sentó a contemplar: cómo la sustancia la envolvía, la besaba, cómo se acurrucaba en su pecho y luchaba por meterse en ella. Y el hombre feliz, observaba sin descanso. Y cuando llegó la noche y tuvo que irse, la sustancia no regresó, la sustancia se quedó con ella y él era feliz, porque estaba con ella, porque todo él era ella, y ella que se lo llevaba, tan hermosa.

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lunes, 23 de agosto de 2010

Jeroglífico Nº 1


Hola...senkiu por la presentation, soy Ivanovish, algunos que me conocen ya sabrán que tipo de cosas voy a publicar, otros no claro, así que no les diré nada para que no "skipeen" mis ehmm...nada.

Lo que les traigo ahora es un dibujo hecho a mouse en el paint, lo que tienen que hacer si es que tienen la paciencia de hacerlo, es adivinar la palabra en el jeroglífico...para los que no tienen la capacidad suficiente para acertar la respuesta está en los comentarios =).

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con ustedes el granaaa...


Pepefeeeeeéeieieie.... esto nomás lo van a manyar los que escucha(ban) caídos del catre, una parte recontra mate de risa, cuando Galdós anunciaba a Pepefé con bombos y platillos, recontra irónico, porque la única gracia que tenía el pepefé era su risa de mongol que daba más risa. Pero bueno, al punto, con ustedes, el grana.... Ivanovish... y éste si tiene gracia. Es el nuevo fichaje del blog, un gran amigo de nuestro grupo gire/vicuña. No hablaremos de sumas, pero costó un egg traerlo, como un año de negociaciones. Hasta que accedió pero con la condición de no escribir ni miércoles, nomás poner puro dibujo, de los que sabe hacer con paint. Así que os lo tendremos ocasionalmente por aquí, estad atentozz.


                                                                                                                           La Gerencia

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miércoles, 18 de agosto de 2010

Recomendaciones esenciales en un caso psycho: El alzheimer.


Esta entrada tiene por objetivo, abundantes lectores, establecer parámetros, líneas directrices, pasos a seguir en caso de que me vean parado en la pista, cuando el semáforo está en verde. Si sucede eso, hay dos opciones:

- O mi melancolía llegó a niveles extremos;
- o (lo más factible), el alzheimer atacó, y la pita que se partió (sigh).

Si sucede lo primero, mejor déjenme. Pero mejor pensemos en lo segundo (hay que ser positivos (?)):

Guía en caso el alzheimer me acompañe:

1. Si estoy en medio de la pista, lo primero que tienen que hacer es reconocer si la persona que está parada en la pista soy yo, el autor de esta entrada (puede que sea otro y meten la pata, hay que respetar a los suicidas u_u). Para eso, sólo tienen que ver en la planta de mi zapato derecho. Si ven que en alto relieve dice: http://aquinohaycombis.blogspot.com, acertaron, soy yo (normalmente uso ese zapato cuando hacen veredas nuevas y zas, dejo publicidad =)).

2. Ahora sí, no se pasen y sáquenme de la pista! Eso es básico.

3. Una vez en la vereda, vean rápidamente si tengo mi billetera. No se emocionen, ando más misio que practicante de derecho (ah, ése soy yo xD). Si la tengo ábranla y diríjanse al apartado 2 "Mirar en caso de Alzheimer" (sí, está con post-its), bolsillo 4to, compartimento 3, meten la contraseña y listo, tendrán mi dirección, teléfono fijo, placa dental, perro favorito, marca de calzoncillo y calendario anual de baño.

4. Si no tengo mi billetera, se fregaron. Tendrán que hacerlo de la manera difícil. Recomendación: llevarme a un lugar privado, un cuarto de hotel puede ser (o el techo de la facultad de matemáticas de la unt). Una vez adentro, con las luces tenues y yo sentado en una silla, amarrado y amordazado, empiezan a buscar en mi ropa. (Lo de amarrado y amordazado es para que mi yo-alzheimer no empiece a gritar de horror y luego los metan presos). En cada bolsillo dejaré algún dato personal (algo de mejor precavido que paranoico, o algo así dijo Nádroj). No se preocupen, garantizo quedarme por lo menos en ropa interior (esos datos son muy personales).

5. Si no encuentran los papelitos, o estos no dicen nada importante (a veces se me da por querer sentir peligro y me salgo con papelitos que dicen: "sigue buscando", "estás cerca!", o "este mensaje se autodestruirá"), ahora sí empieza a golpearme, puede que recuerde algo con tanto golpe.

6. Si no recuerdo nada, lo único que queda hacer es escribir un comentario en este blog, diciendo expresamente lo siguiente: Tengo a Wingerr, Nádroj, envía dinero de España para su manutención y búsqueda de sus familiares (incluir gastos de envío ¬¬).

7. Si Nádroj no envía nada (lo cual es más que seguro: ese on no colabora así tengas algo en el cerebro (?) xD), tienes dos opciones:

- Mantenerme y asegurarse que siga escribiendo en el blog (estoy seguro que no necesito mi conciencia para escribir estas tonterías); o,
- Dejarme en el cuarto de hotel, amarrado y semidesnudo. De inmediato acudiría la policía en mi rescate (si es que no me confunden con un delincuente ranqueado y me dan vuelta en one).

Estén atentos u_u.

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miércoles, 11 de agosto de 2010

Guía de supervivencia urbana (II)

Bueno, continuamos aventurándonos en el fascinante mundo del bandalismo urbano, pero antes tengo que decir: ay, qué fácil me salen estos post de supervivencia, a diferencia de otras entradas que sí me cuesta a veces terminarlas o seguirlas o empezarlas, porque soy un paranoico de pura cepa.



Capítulo dos: Sobre choreadas a pie de calle y cómo evitarlas

  • Ojito con la mochila. Esto es básico, amigo amiga chico chica, todo mundo sabe que, cuando vas por la calle, en el cierre de atrás de la mochila nunca se guarda nada de valor, porque es el primero que te abren sin que te des cuenta. Haz como Wingerr, y solo pon en ese bolsillo tus papeles higiénicos con moco.
  • Viste según el sitio que visites. Me explico. Si te quitas de noche por un sitio como el alto trujillo, por el cerro Bolongo, te recomiendo no llevar tu relojazo y casacaza si ya sabes que capaz te acuchillan detrás de un pampón.
  • Voltear por encima del hombro cada tres minutos para comprobar si te siguen nunca está demás. Esto tiene dos corolarios, por supuesto
    • Corolario 1, si te das cuenta de que te siguen: Crúzate a la otra vereda. Si ellos también cruzan, tú vuelve a cruzar, y así hasta el infinito. Llegará un momento en que los choros se aburrirán de seguir a semejante imbécil.
    • Corolario 2, si ves que nadie te sigue. Ya fuiste. Significa que los choros son tan buenos que te siguen sin que te des cuenta.
  • Lleva siempre un spray de pimienta. Sí sí, ya sé que esto es más de chica, pero paranoico precavido vale por dos.
  • La llavecita: Un método que reduce la probabilidad de que te choreen. Lo inventé yo. Es uno de mis aportes más significativos a la guía de supervivencia urbana. Consiste en ir por la calle agitando tus llaves. Los choros pensarán que estás por llegar a tu casa y no te asaltarán.
  • Usa siempre la misma ruta. Momento, me dirán. ¿No era que es más seguro cambiar siempre de rutas en la calle, para evitar el reconocimiento de patrones de traslado? Pues no.
Y no me extiendo más, estos son los tips básicos. Claro, debe de haber otros porque ustedes también, con todo respeto, son otra tira de paranoicos. No se hagan, más bien cuéntenme.

Actualización: sobre lo de tener una misma ruta.

Gente, los únicos choros que identifican patrones de traslado como parte de su operación son los secuestradores, y no me creo que este blog lo lean millonarios (si lo leen, una colaboración pe soly), así que dudo que tener una misma ruta tenga mayor inconveniente. Por otra parte, encontrarla requiere de una mezcla de experimentación, cuidados y observaciones, conocimiento de la zona... todo un larguísimo proceso de estudio de tu barrio. ¿Por qué querría cambiar mi ruta de siempre, siendo ésta más segura que las otras?

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jueves, 5 de agosto de 2010

Emowada

Tengo frío en los pies. Si junto dedo con dedo me resfrío (?).
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Beirut me hace recordar a películas en blanco y negro. Y a mi infancia en Ascope. Me veo corriendo el día de mi cumpleaños, en la noche, mientras las trompetas resuenan, los bombos acompañan, y los cohetes salpican y explotan en colores. Colores que tienen sonido. Sonidos que tienen colores.

Beirut me da ganas de estar mareado. ¡Mareado!

Se me da por pensar en los hilos imaginarios que nos separan y unen, que se estiran y se acortan. O se cortan, y se pegan, y dejan baches, y dejan baches. Al menos quiero tenerte como un bache.

Ganas de perderme como antes, en un libro, cuando las tardes eran suficientes para esconderme.

Nada es suficiente.
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Beirut-beirut-beirut...(B)

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