Te presento mi pretensión, libre de ambigüedades: quiero subir a tu cuarto y allanarme a tu contestación. ¡O no!, tengo una mejor idea: declárame rebelde y me haces lo que quieras, en una audiencia oral, donde grabemos nuestros incidentes. Que sea en una noche de lluvia, lejos de la modorra de la corte, o de tu fiscalía que tanto adoras. Subiré a tu habitación y actuaremos las pruebas, declaraciones de parte, testimoniales que narren nuestros encuentros a hurtadillas, aunque los testigos sólo seamos tu y yo, y no haya tercero imparcial, ni parcial, ni tercero. Sólo tú y yo en una simulación perfecta, encima de tus sábanas, mientras la cortina entra y sale por la ventana del balcón.
Mi pretensión no te la mando por escrito, te la digo todo de boca, para que con tus labios selles mi cargo, y tu respuesta sea célere y real, y no detrás de un vidrio. Tienes el cuerpo de mi escrito para llenarme de sellos, pues mi escrito soy yo, y tus besos encajan perfectamente en cualquier parte, en cualquier letra de mi ser.
Sé diligente, no me hagas esperar.
Sé diligente, no me hagas esperar.
2 comentarios:
Objeción!! Porqué sólo un fragmento, ¿eh?
Me gustaba completa...jejes
que delicia! :)
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