viernes, 3 de mayo de 2013

El Niágara en bicicleta


“Pasar el Niágara en bicicleta”, es una oración variopinta, ocurrente, absurda, es, en la canción de Juan Luis Guerra, como la cereza del helado: atrevidamente resaltante. La canción en sí es una muestra increíble del poder narrativo de Guerra, que desde el inicio nos va introduciendo suavecito en un cuento y crítica dura al servicio de salud pública. “Pasar el Niágara en bicicleta” es pues, estar pasando penurias, soportar una situación difícil, estar jodido. Lo que se vive no sólo en República Dominicana, sino en cualquier país subdesarrollado, como el nuestro.
La canción es narrada de una forma impecable, llena de símiles y recursos que hacen de ciertas partes una verdadera delicia de ingenio. Ahí se tiene el personaje de la enfermera, que se acerca amablemente a socorrer al protagonista, en un trato que se podría considerar de privilegio, para luego caer en la decepción de que es así como trata a cualquier persona, incluso el sobrenombre “Bobi” es reciclado.
Otra perla de la canción es la receta de la enfermera: y en un papel de receta me escribió muy dulcemente “Lo siento, atleta”. Y todas las lamentaciones del coro:
No me digas que los médicos se fueron,
No me digas que no tienen anestesia,
No me digas que el alcohol se lo bebieron,
Y que el hilo de coser fue bordado en un mantel.
No me digas que las pinzas se perdieron,
Que el estetoscopio está de fiesta,
Que los rayos x se fundieron,
Y que el suero ya se usó para endulzar el café…

1 comentarios:

Unknown dijo...

La música es expresión sin duda alguna, qué lindo es ver que aún hay canciones con contenido social que denuncian e informan situaciones injustas.

Nemo, eres un feo, eso me deprime, dame lithium (?)

 
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