Intento escribir y hacerle un post, de paso, a esta canción que últimamente me ha capturado un montón, de repente porque coincide mucho con las cosas que siento estos últimos días-semanas, me refiero al feeling que tiene The Rat, de The Walkmen, una banda que ni me acuerdo cómo descubrí, oh sí, ya sé. Gracias a los compilados.
lunes, 29 de noviembre de 2010
The Rat
Intento escribir y hacerle un post, de paso, a esta canción que últimamente me ha capturado un montón, de repente porque coincide mucho con las cosas que siento estos últimos días-semanas, me refiero al feeling que tiene The Rat, de The Walkmen, una banda que ni me acuerdo cómo descubrí, oh sí, ya sé. Gracias a los compilados.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Treinta centavos
La puerta de la U está cada vez más cerca. Es momento de ponerme de pie y caminar hasta la puerta del micro, mientras rebusco en mis bolsillos por el pasaje. Llego y el cobrador recibe mi moneda de a sol con mala cara. Tiene dos soles en la mano y busca con la mirada a alguien que tenga sencillo. Caigo en la cuenta: la chica que está delante de mí también le ha pagado con un sol y espera por su vuelto, mientras el micro sigue avanzando. El cobrador no sabe qué hacer. Ante su indecisión se olvida de avisar al chofer que bajamos; pero la chica de mi delante tiene la solución: grita, reclama, y el chofer frena de golpe.
“Qué chévere una chica así, ojalá sea bonita”.
A las justas el cobrador recibe sencillo de otro pasajero y le da el vuelto a la chica. Yo bajo detrás, extendiendo mi mano, pero el cobrador deja que termine de bajar y cuando me doy cuenta ya estoy fuera.
“¡¿Oe qué?!”
Volteo a ver al cobrador que se va con el micro y me señala a la chica: “pídele tu vuelto”, me grita. Volteo hacia la chica pero ella ya está tratando de cruzar la avenida. “¿Pedirle mi vuelto?” Volteo de nuevo hacia el cobrador que se pierde, pero logra entenderme, da un silbido tremendo y le hace señas. La chica baja la vista hacia su mano y cuenta el vuelto, sonríe y se acerca: “Ni cuenta, disculpa”. Y me da mis treinta céntimos. “Jeje, casi te quedas sin pasaje de vuelta”. Y se va. Se va dejándome tirado, humillado, en medio de la pista, y lo único que se me da por pensar es: “¡¡es bonita!!”.
Todo el trayecto que recorremos juntos la sigo con la mirada, y en el desvío suspiro.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Breve carta anónima para alguien del dos mil xxxx
Escúchame un segundo, joven tú. Hola, debería presentarme primero, pero con esta carta entre las manos, ¿no sabrás ya quién soy? Digo presentarme aunque soy yo quien no conoce ese gesto tuyo que alguna vez habré visto antes. No sé qué pasará después, ni lo que pasó antes. Es curioso, pero aún así me atrevo a escribir esto, muy a ciegas. Ahora que todo está silencioso y quiero que sepas que ésta de aquí es una versión mía, solitaria, seria y hasta cierto punto melancólica que quiere que le cuentes cosas. Tal vez podrías escribirlo al reverso de la carta. Decirme por ejemplo, te estoy queriendo. No sería un mal comienzo, y aunque no sé si eres de las personas que lo dice poco o mucho, que sepas también que, ahora que te extraño tanto, al menos con una sonrisa mental me basta.
(...)
sábado, 13 de noviembre de 2010
La canción del acosador
Jeje, la tenía que poner. Habichuela dice que se inspiró un poco en la entrada de wingerr cierto blogger acosador.
La letra:
Nataly te veo por la calle caminando sola moviendo los pies hacia ningún lugar
quiero ir, siguiendo tus pasos sin hacerte daño, mirarte con gafas y un binocular
y si me descubres... safo de ese lugar.
Nataly esto de seguirte es un poco difícil, maldita sea, eres tan popular
¿quién es él? el tipo agarrado que va de tu mano, está un poco alto, no sé si le pueda pegar
me estás pateando ... mi pobre corazón.
pero si yo te vi antes que él, bueno, lo cierto es que tampoco te hablé,
pero no importa, Nataly, exijo mi derecho a que me digas pierdete...puede que tal vez no me vaya tan mal.
Nataly revelo tus fotos con una luz roja muy tenue que puse en mi habitación
sabes qué, recojo tu pelo, cintas de cabello, y conservo tus chicles en mi cajón
soy lo que se dice... un coleccionador.
Nataly te compro tarjetas y flores de mesa sin que tú lo sepas en san valentín
y además, he hackeado tu facebook también tu correo, para ver las cosas que recibis
y si me descubres... te diré la verdad.
porque te vi así, preciosa para mí, dime, dime si estoy haciendo mal
Nataly la verdad yo me muero por ti, y esta es mi manera de actuar...un poquito enfermiza... lo dijo mi psicoanalista.
martes, 9 de noviembre de 2010
Tiempo de miércoles
sábado, 6 de noviembre de 2010
La historia de mi fracaso
El primero fue con La ciudad y los perros. Siempre ha vagado por mi casa ese pequeño libro de hojas-biblia, letra pequeñísima, que no sé quién en mi casa compró, pero que de todos modos nunca me recomendaron (y eso que saben que yo leo). Recuerdo sólo una vez en la que me animé a leer las dos primeras páginas, y estuvo bien, y nada más, lo dejé porque ya estaba leyendo algo (tengo la manía de leer un libro a la vez).
Con El pez en el agua me fue mucho mejor, llegué hasta la mitad y de pronto no sé qué pasó. Me gustaban tanto los pasajes en que narra su infancia, la relación conflictiva de sus padres, y un Marito inocente que hacía competencias de pajas en el río; como también la parte política, su campaña para ser Presidente del Perú.
Otra obra fue La Guerra del Fin del Mundo, la historia de Canudos hasta donde sé, y que bueno que no sé más, para tener más incentivos. Es increíble cómo me arruinaron El Sueño del Celta en un artículo periodístico donde cuentan cómo termina el personaje principal. ¡Creen que por ser una novela histórica tienen el derecho de lanzarme un spoiler de tal magnitud! Respeten a los ignorantes de la historia pues.
La tía Julia y el Escribidor es de las más livianas que he leído de este autor, y cuando digo "leído" ya saben a qué me refiero: ojeado, zapeado, etc. Lo dejé en la página 80 porque ya iniciaban mis clases y soy traumado. ¡Cómo disfrutaba con la relación de Mario con Julita! Cómo leía deseando algún encuentro sexual (ese libro es muy sensual, lo puedo decir sin haber leído ni una escena erótica, pero en los diálogos, en las descripciones, en los labios de Julia, uno puede sentir mucha carga, mucha tensión sexual), y cómo quedé capturado por las historias intermedias, la primera sobre todo.
Ahora que Mario Vargas Llosa es premio nobel, y todo el mundo se afana de haberlo leído (hubieran visto a los políticos hablar de cuántas obras se habían gozado, y cuando les preguntaban por títulos, no sabían qué responder, malditos oportunistas), se me dio por revelar la historia de mi fracaso, decir que yo agarré un libro de Vargas Llosa y lo dejé por falta de tiempo, por falta de interés atribuible a mi corta edad (en ese entonces), o por simpe dejadez. Ahora que Vargas Llosa es Nóbel, me siento obligado a leerlo, no sólo porque en sus obras demuestra saber hacer uso de una magnífica técnica literaria, sino por el mismo hecho de ser peruano. ¿Se imaginan? Yo en el extranjero y de pronto una pregunta precisa: ¿Qué libro de Vargas Llosa te gusta más?; ¿se imaginan? Ser peruano y no saber nada de él, no, no, eso no puede ser. Y me veo en aprietos estando en el extranjero porque en el Perú no importa, en el Perú da igual si has leído o no a MVLL, o en todo caso, nadie te señalaría con el dedo, es normal.
Quizás por eso me siento obligado a leer MVLL, porque sin duda alguna ya no es sólo un peruano, es un ciudadano del mundo, y como tal, ahora sí da ganas de leerlo.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Experiencia desagradable 3: La chica del bus.
Subo al micro y me siento por la mitad, a lado de una chica bonita. No, a lado de dos chicas bonitas, la que está para el otro lado del pasadizo también lo es , sin duda, ¡qué pestañas! Cabello negro lacio, tez blanca bronceada, ojotes negros que te comen...Caracho, qué difícil es mirar de reojo. Duele. Mejor me detengo. Fijo la mirada al frente. Todos los asientos están ocupados, sólo la chica bonita no va acompañada. Ya ya, dejo de mirar.
El micro se detiene en el Óvalo Larco y suben dos señoras, una detrás de la otra, tanteándose por si el micro acelera, por si el piso lleno de petróleo les hace resbalar. De pronto me percato del olor. Huácala, petróleo. Una de las señoras se dirige al asiento vacío, a lado de la chica bonita, y ella le permite pasar, la señora se sienta, y de nuevo la chica bonita se acomoda, linda. De pronto sus ojotes-que-te-comen choca con la otra señora, y se da cuenta que no tiene fuerzas para sostenerse, que es de avanzada edad, y le cede el asiento. La señora de los rulos canosos y la bolsa marrón toma asiento, y la chica bonita permanece de pie junto a mí. ¡Rayos! Ella de pie y yo sentadazo. Era que reaccione más rápido, ¡distraído de miércoles! ¿Distraído? Bien que has visto todo con tus ojos perdidos...¡Qué mas da! Empiezo a ponerme de pie mientras le lanzo una mirada a la chica bonita, con toda mi caballería, ya me veo a través de mis ojos expresivos, quedando como galán, "Te cedo mi asiento, dama hermosa". Ella me mira extrañada, sorprendida, con un atizbo de burla en los ojos y caigo en la cuenta. ¡Atrás de mi asiento no hay nadie! ¡Diez asientos libres! La chica bonita no logra contener una sonrisa torcida. ¡¡Dios!! Ambos permanecemos de pie junto a mi asiento vacío y yo no sé qué hacer. Miro a mi alrededor y veo en el cobrador una mirada burlona. El chofer me mira por el espejo retrovisor y se ríe. Agarro mi celular desesperado. Marco el primer número que se me viene a la mente.
- Hola...qué haces? -digo, y no escucho la respuesta-. Ya casi estoy por llegar a la u -no sé qué me responden-. Sí...eh...nada-resoplo-. Ya casi llego, chau.
Bajo del micro simulando calma, mientras mis músculos se tensan y se relajan, se tensan y se relajan. Diría que tiemblo. Al arrancar el micro de nuevo, miro a la chica por última vez, por suerte no se fija en mí. Cruzo la avenida y entro a la Universidad. Una vez adentro hago lo mismo de siempre: le cuento a alguien y me burlo de mí mismo. Maldita manía.
martes, 2 de noviembre de 2010
Nada
- Sabes, Nádroj, nos hemos salteado el año y medio...
- ¿¿No le hiciste entrada?? Qué raro...ni cuenta.
- Eso, me cansé de darme cuenta.
- xD.
- Aunque sí le reservé el día, el 02 de Mayo no hubo entrada.
- Jaja, ¿esperabas que alguien publicara algo?
- ¡NO!...no, fue una celebración en silencio, un descanso para el blog.
- Ah, vale, entonces no hagamos nada por los 2 años.
- Sí, mejor, nada...
- NADA.
- ¬¬ ok...
lunes, 1 de noviembre de 2010
...ADYZA...
-no-él respondió-ya no, ya no hay razón-pensó, aunque no se lo dijo.
Pero jamás te cures de quererme,
pues el amor es como Don Quijote:
solo recobra la cordura para morir.
Quiéreme en mi locura,
pues mi camisa de fuerza eres tú
…y eso me calma, y eso me cura…