miércoles, 2 de marzo de 2011

Salvados por una cleptómana


Era un día previo al cumpleaños de ella, y él, misio, le propuso salir a pasear por las tiendas del centro, a cometer una locura, a salir de la rutina, a sentir nervios y reír luego.

- Pero yo elijo lo que vas a hurtar, total es mi regalo de cumpleaños -dijo ella, divertida.

Primero entraron a una librería, de esas donde sólo venden libros y revistas piratas, y recorrieron por todos los estantes, viendo afiches de origami, de cómo hacer cócteles, aprender guitarra. Al final se detuvieron un rato ante un libro de sexualidad y se sonrieron cómplices.

- Salgamos de aquí -dijo ella-. No vas a poder llevar nada, todo es muy grande.
- Mmm...¡Ya sé! Vamos a "Do it" -gritó el.
- ¡Ya!

Y corrieron directo a "Do it", desacelerando el paso al momento de entrar. Había un vigilante en la puerta. Él anotó mentalmente la posición de éste, y entró dispuesto a conseguir algo para su novia.
A un metro del vigilante, ella se puso a ver unos ganchitos. Eligió uno de mariposas y se los probó.

- Me gustan -dijo, y volvió a dejarlos en el lugar donde habían estado.

Él entendió perfectamente, y sin pensar cogió los ganchitos y los escondió en sus bolsillos. El vigilante parecía no haberse dado cuenta.

- ¡Ya vámonos! ¡Ya tengo los ganchitos! -casi grita, conteniéndose lo más que podía.
- No, espera, hay que hacer más tiempo, se verá sospechoso -y lo jaló por otros estantes a ver carteras.

De pronto, una señora se les acercó.

- Señorita, ayúdeme a decidir, ¿qué pares de aretes caen mejor con este brazalete?
- Mmm...éstos -dijeron ambos.
- Sí, ¿no? -sonrió-. Ya, gracias -y se retiró a unos metros de ellos.

- Mira esta cartera de mano, ¡qué bonita que es! -chilló ella.
- No me digas que también quieres...
- ¡No! Ya es suficiente -y lo besó.

- ¡Deténgase! -gritó un tipo de seguridad mientras caminaba hacia ellos. Los dos se quedaron pasmados, inmóviles, apretándose de la mano lo más que podían. Pero el de seguridad pasó de frente y fue hacia la señora. Los dos voltearon y escucharon todo.

- ¿Sí, señor? -contestó la señora.
- Enséñeme su brazalete.
- ¿Por qué? Sí es mío.
- Sólo enséñeme.
La señora extendió su brazo y ahí estaba, para sorpresa de ellos, el cartón del precio escondido debajo.
- Me tiene que acompañar -dijo el de seguridad.
- ¡Pero si este brazalete es mío! ¡Lo compré hace días!
- ¿Y el cartón? -inquirió el vigilante.
- Eh...¡es mío!

La señora fue llevada al mostrador, y aprovechando el pánico, preguntándose si habían cámaras en ese lugar, el y ella mejor safaron del lugar, entre asustados, divertidos, y culpables.

- Feliz cumpleaños amor -dijo él extendiéndole los ganchitos. Ella lo besó y se los puso-. Te quedan bien.
- ¡Todo me queda bien amor! -sonrió ella.

Y siguieron caminando por el centro, entre calles llenas de autos y esquinas con semáforos.

5 comentarios:

Ella dijo...

cuando cumplamos un año quiero que asaltes un banco para que me lleves a Máncora

Escritor cochebomba dijo...

La gravedad del asunto se me bajó un poco luego de ver la foto del objeto "extraído".
Igual, no sabemos si este blog lo leen niños, ojito con los malos ejemplos u_u

steýfer dijo...

Hey! Es una mala historia bien contada, cuando digo mala me refiero a que efectivamente es un mal ejemplo!!!!
Me hizo recordar a Polly, el lorito, jeje.
Saludos!!

un_blues dijo...

Pollito! Ya no te leía desde un buen rato! ¡qué chevere que robes para tu enamorada, eso es amor! (?)

Bueno, los ganchitos se ven bonitos =)

KRN

Unknown dijo...

oh my caaat!!! espero no lea esto algún trabajador de Do it! jajaja =P

 
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