viernes, 28 de enero de 2011

canción para los días de la vida





Viejo piano, nube de otro tiempo

¿Cuánto amor resuena pesa duele en tu madera?
Baratija en la costa en el último bar

Beso de furcias, cerveza,
Pintura, barniz

Noches en el convento.
Dedos de monja, tus teclas, aroma lavanda y lúcuma
Cirios de coco, estampitas de imprenta.

Oh, la música
es un canon infinito en diez veces más dedos.

Sala y cuadros, tu música muda
en mi casa,
Tu aroma de cola y  formol

¿Cuántos músicos te amaron?
Y ahora mi mujer te usa
para colocar sus petunias al sol

3 comentarios:

un_blues dijo...

Me ha recordado a un cuento pequeño que leí hace tieeeeeempo. De la historia de un árbol, que estaba pensando en qué usarían su madera, y al final fue un piano.

Chévere el poem!

KRN

Wingerr dijo...

La historia de un piano, inmóvil, viviendo lo que el destino le manda.

De vez en cuando quítale el polvo de las teclas y tócate un blues.

Estrato dijo...

Wow recuerdo la última vez que toqué un piano, sonaba de forma tan mágica, lamentablemente alguien me despertó para ir a clases.

saludos.

A ver si nos visitas y nos das tu comentario el blog es nuevecito *-*

http://paraderosite.blogspot.com/2011/02/tipos-de-bloggeros-te-conozco-bacalao.html

 
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