jueves, 20 de enero de 2011

fragmento

Mientras tanto Rebeca continúa la carta escribiendo sobre su mano. Es una carta para ti, Pipe. Te amaba como loquita. Pero se le acaba la mano y sigue hasta la muñeca, escribe y escribe, hasta que tiene que subirse las mangas del suéter y continuar, porque una vez que ha empezado ya no puede detenerse, ¿sabías? Era una obsesión para ella, o tal vez un vicio, porque no sabes el placer que le daba escribir cartas de amor que nunca enviaba. Y se queda tan absorta, que alza la vista, y el director del colegio lleva como cinco minutos observándola. ¿Qué tanto escribe, Rebeca? El hombre rodea el escritorio y se detiene al lado de la muchacha. Muéstremelo. Pero la joven se niega. No, no es nada que le importe, señor director. Claro que me importa, a ver ese brazo. Rebeca hace no con la cabeza y aprieta los labios rosa. El director insiste, bajo la amenaza de suspensión por una semana. Rebeca cede. Muestra la palma de la mano. Toda llena de texto. Gira la palma y enseña el dorso: hasta los dedos. Cielo santo, hay letras hasta en el meñique. Rebeca se arremanga el suéter y el texto asciende en una línea inacabable hasta llenar todo el brazo, incluso el codo. No hay ni un punto y aparte, todos son puntos y seguido, y apenas hay comas. Aquello parece una confesión desesperada, capaz de dejar sin aliento al lector más osado. En fin. Se trataba de la carta que te escribía, Pipe. Llenecita de amor hacia ti. Porque aquella era una edad tan enamoradiza para Rebeca. Catorce años, tan lejanos ahora que toneladas de días han venido a caer sobre nuestras vidas. Mira incluso, que este recuerdo de lo que me contó Rebeca, no sin amor, lo vengo a desempolvar hoy, que has venido a que te cuente todo lo que sabía sobre ella…

(read the complete short story here)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Las cartas de amor escritas en las manos corren el riesgo de borrarse pronto, sobretodo si sus manos sudan mucho.
Ojala su amor no sea asi de fugaz, a menos que sea dañino y ahi sí que se borre lo más pronto posible

El Noctámbulo de Sweges Ville dijo...

Sencillo, efectivo, y genial u_u Buen final.

un_blues dijo...

¡Qué boniiiiiito! yo también quiero enamorarme como Rebeca... a los 14, 15 años siempre es más fácil =/

KRN

Unknown dijo...

maanya... me encantó! xD quisiera decir más, pero creo q es suficiente :o)

nádroj dijo...

anónimo: me suenas conocida mmm... su amor no era fugaz, pero se cansó de esperar, eso sí, se ve en la continuación del relato.

Noctámbulo: cuando dijiste buen final pensé en el párrafo que en realidad le sigue a ese fragmento, allí está el buen final. Y no es una invitación a que lo sigas leyendo.

Un Blues: Es bonito enamorarse como Rebeca, sin duda (y no veas cómo sigue xD).

emily: es suficiente con que digas que quisieras decir más xD Si quieres leer más, por allí está un enlace hacia el resto del cuento fiu, fiu. Para ti sí es una invitación.

steýfer dijo...

Leí el fragmento y me quedó chico, fui al link y me quedó chico, o quizá sea que me apenó el final, o quizá sea que me dejó preguntas, abuu, pobechito.
¡Me encanta tu forma de escribir!
Saludos

nádroj dijo...

steyfer: gracias!, disimuladamente quería insinuar que leyeran el texto entero,
te quedó chico? Está para que el lector llene suponiendo lo que falta, y sí es un poco triste.

Liz dijo...

Feliz por Rebeca que se casó con su Hippie y se fue a recorrer el norte en moto, yo solo aspiro a ser mochilera una corta temporada (por lo menos esta en mi lista de cosas para hacer antes de los 30).
Sin embargo, me dejo un vacio la parte de Pipe, llega y no hay casa... lo tradicional seria que pase mil peripecias y vuelva a encontrarse con Rebeca y se enamore, pero él ya fue porque ella se caso con el Hippie de la moto. Ergo, supongo que cuando escribas la continuación o aparece otra para él, Rebeca y pipe tienen un affair o Pipe termina descubriendo que no hay razón que justifique su existencia y decide no quitarle el oxigeno ni el agua a sus congéneres.

nádroj dijo...

Liz: por ahí va la cosa. Pipe llega y no tiene casa. Decide buscar a Rebeca y se entera de que se ha casado.

Es sobre el miedo de volver de donde no tenías nada, y descubrir que a donde has vuelto tampoco tienes nada.

 
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