lunes, 27 de abril de 2009

Diario de la chica de las zapatillas converse (el archivo completo pulula por la red):

23 de abril (obvio que de 2009)

Querido notebook:

La otra vez un virus se metió en mi PC y un amigo me dijo que no había remedio para mi estupidez. Felizmente para el disco duro, sí. Nos arruinó toda la mañana a mí y a don Clarinete (me encanta hacerlo rabiar así, él se eriza todito y grita: “¡¡¡Oboe!!!!!!”). Estuvo, mi amigo, metido en mi habitación probando códigos y cosas, se trajo un estuche lleno de discos con softwares y sistemas operativos. “Windows es bullshit” me comentó. “Es lo que hay”, le respondí. “No”, contestó, y a continuación se puso a hablarme de Linux y de Mac os, y me enseñó su polo con un pingüino muy lindo y su billetera con un dibujo de una manzana. Normalmente le diría, sí, sí, y me iría a la sala o a cocinar (que se me da muy bien cuando me estreso), pero como tenía la esperanza de que no me cobrara nada, me quedé. Además de que me parecía que, de haberlo dejado solo, ahora mismo me faltaría ropa interior.

Mi novio daba vueltas, oliendo como siempre huele desde que nos conocimos. Me estaba estresando con sus miraditas al reloj y sus gruñidos. Cuando las cosas no salen como las planea se irrita mucho, y yo al principio pude lidiar con eso, fácilmente: haciendo que todo salga como planeó. Es una persona tan meticulosa y justo por eso a veces tiene sus ratos tan desesperadamente desesperados y a pesar de que yo soy tan mona y tan tranquila incluso a veces él me desespera con tanta desesperación… ay, casi me enredo.

Cuando ya no aguantaba más, el pobre pegaba un grito: “Lucy, ¡esto se arregla fácil con una formateada! No sé por qué se tarda tanto”. Y yo le respondía: “Don Oboe, ése método es muy bestia. Yo quiero conservar todos mis documentos. Piense en mi diario, lo tengo allí. Toda mi vida escrita desde los quince ¿Acaso no le importa que se pierdan mis recuerdos de lo que soy?” Me puse dramática. Pero también era cierto, y él estaba siendo muy desconsiderado conmigo. Sabe bien que sufro de la memoria y casi no puedo recordar muchos años de mi vida, a las justas y tengo unas pocas imágenes mentales. Capítulos de mi existencia, enteros, están en ese diario. Los releo seguido para no olvidarme de lo que he vivido, pero aún así hay veces en que las imágenes no me vienen, no puedo recordar tampoco las sensaciones que pasé en aquellos momentos. Es desesperante, hay pasajes enteros que se me hacen completamente ajenos, como si fueran una novela escrita por otra persona. Por suerte sigo recordando la mayor parte de cosas.






Bueno, pero allí estaba yo, pobrecita, llorando a mil pupilas (buena, Vallejo), porque también me había dado la ruler, y tal. Don Clarinete se estaba disculpando un poco, pero yo ya lo sentía como un completo, insensible y barbudo extraño. Seguía teniendo su gracia, la misma que le vi la primera vez que nos vimos, en la perfumería. Era tan mono, pero a veces tan simio, tan gorila, que no sabía qué andaba haciendo con él.

Al final mi amigo friki me avisó que ya había acabo con las reparaciones, pero no se movió de mi habitación y miraba todos mis objetos y prendas personales con ojos de perrito emocionado. “Ni hablar”, me dije. “A éste yo no le regalo mi ropa interior”. Al final captó el mensaje y me dijo: “Reparado. Además de veinte mil virus, tenías también unos cuantos troyanos. Lo cual quiere decir que ahora mismo los archivos de tu diario deben estar dando vueltas por la red”. “No me importa”, le contesté. “¿Cuánto te debo?”, pregunta por compromiso. “Qué dices, no me debes nada, pero sólo porque se trata de ti, mi Lucy in the sky”.

Me llama así por una canción de los Beatles que yo no conocía, pero que desde que la oí, me fascina, y él también, en parte, me fascina cuando me llama así: su Lucy in the sky. De todas formas, eso no vale una prenda ropa interior.

Salimos de la habitación, eran ya como las 2 de la tarde y en resumen el día de picnic se había ido a la basura. Sentado en el sofá don Clarinete miraba a mi amigo con cara de perro rabioso. Todos estuvimos callados por unos segundos, hasta que mi amigo soltó un: “¿Y que hay de comer?”. “Rodrigo, pero si tú vives al frente”, le gritó mi novio. Creo que captó la indirecta, su rostro se desinfló un poco, se despidió y se fue.

Luego de comernos lo del picnic en la mesa de la cocina, él me dio un beso y se marchó. Yo me pasé el resto de la tarde mirando películas.

Pregunta del día: ¿Por qué las cosas ya no son como antes?

Lucy



5 comentarios:

steýfer dijo...

así que resultó ser algo celoso el tipo del oboe, y además meticuloso, yo diría que hasta manipulador, eso de que las cosas deben salir como él las planea. Pero, sí pues, por qué las cosas no son como antes?, por eso una mujer no entiende a los hombres, ves?, cambian mucho.

Adnil dijo...

jaja buena styfer! los hombres cambian mucho, jeje a veces estan de buenas y otras de malas, pero creo q todos tendemos a ser un tanto cambiantes, lo importante es que conservemos nuestra esencia,eso me lo dijo una personita especial=p
Con respecto a la entrada: me gustó mucho jeje tenía sus ratos gracioso, medio vago ese rodrigo...y el novio jaja es celoso!! es muy gracioso ver a un chico celoso jaja chvr tener un diario...=D

Anónimo dijo...

HORROR!!!!! COMO TENDRIA LA CARA RODRIGO Q LO PRIMERO Q PENSO ELLA FUE Q FALTARIA ROPA INTERIOR!!!!

NUNCA FALTAN LOS ENFERMOS GENIOS EN COMPUTADORASSSS...Y LOS TROYANOS

nádroj dijo...

Stéyfer: jejeje... nunca los conoces hasta que te enrollas con ellos xD... es chiste.
Creo que no es difícil que las chicas entiendan a los hombres, lo difícil es que ellas entiendan por qué ellos no las entienden.

Adnil: No es tan raro ver a un chico celoso, que yo sepa. Y su diario, más que un hobbie, era una necesidad u_u

Paquit@: ¬¬! ... qué pasa con la cara de Rodrigo... los hay guapos y también normalitos ^^

Anónimo dijo...

PERO EL RODRIGO DE LAS COMPUTADORAS NO CREO Q SEA DE LOS NORMALITOS... CUAL ES???

 
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