martes, 28 de abril de 2009

Meditaciones de un deprimido, queriendo morir, mientras le escribe a la muerte.

Yo no diría que estoy muerto. No, nada que ver. Más bien diría que agotado, me rendí, y estoy esperando a que la muerte venga, solita al fin. La mala noticia es que ya vino y yo no estaba. Sí. Salía a buscarla, muchas veces, y nos cruzábamos. Cúantos problemas le causé. Recuerdo que me dijo: con lo caro del pasaje que me gasto para venir, Caronte no te cobrará una sola moneda eh. Pobre muerte, ¡casi se muere del susto!, el tiempo pasaba y yo, que debía morir, se le escapaba sin querer. Pero la culpa no era mía, muerte, era tuya, sí, tuya, ¿quién va a ver con tremenda capuchaza en la cabeza?, y tú que ni siquiera quieres sacar la cara, ¡sácala nomás!, nadie reirá, ya varios usan mascarillas, desde lo de México, aunque aquí todavía no llegue.

Como decía, salí a buscarte a donde se me ocurrió que estarías. No, no creas que te esperé en la avenida 2 de mayo; aunque siempre regresas a ese cruce y provocas accidentes, yo no te esperé ahí. Cuando pasaba sí, miraba un ratito y me iba, me paraba al borde de la carretera y rezaba para que algún tráiler se volteara ridículamente, aplastándome, sí, ridículamente, ¿te imaginas? Yo caminando por el borde y zas, de la nada un tráiler se vuelca. No hubiera parecido un suicidio, ni homicidio, como los tuyos que sí parecen accidentes, no, mi familia no se enteraría. Pero no, nada pasó, como ya sabes, tú estabas aún en camino mientras yo recién salía. Para cuando llegaste a mi casa, yo ya estaba probando suerte en el Cultural. Llegué y corrí hacia el ascensor, feliz de verlo tan lleno, pensando que el peso nos haría caer a todos y que las retinas se nos quedarían arriba. Feliz. Pero me botaron. ¡El maldito ascensor no cierra cuando hay más de trece personas! Me fui, desconsolado. ¡Se me agotaban las ideas! Quería suicidarme y ser declarado inocente, aquí y allá, (o abajo). No me quedaba otra opción que visitar a Carmelita y hacer que me provocara un paro, con las lindas taquicardias que me produce al verla. Sonríe, y el corazón me duele. Se peina, y éste se agita. ¡Camina!, y yo siento que se para...¡Hey!, no pienses mal. Lo que pasa es que mi corazón es muy débil con ella, por eso me dejó, se preocupa por mí. Pero tampoco estaba en su casa. No pude más. La muerte se había burlado de mí, y yo de ella, sin saber.

Así pasaron días enteros. La muerte venía, yo salía, ella gastaba, y yo lloraba, desconsolados. (A la muerte no le permiten llorar). Y tanto era el ir y venir, que la muerte no encontró otra solución, que dejarme una nota. Sí. Una nota. Quién lo pensaría, hasta ese momento yo ni sabía que ella podía escribir, pensaba que venía y zas, te daba con su guadaña. Pero no, escribia, y bien. "Oye papito, qué tanto haces que nunca te encuentro, ¡y yo que pensaba que la depresión ya estaba en su punto!, no te me hagas el vivo, que la muerte no tiene solución. Mañana vengo, espérame". ¡Listo! Al fin nos encontraríamos, ni loco me movería de mi casa. Si tan sólo hubiera sabido que hacía delivery...en fin, tenía que asegurarme de hacer lo correcto, haría lo que nota decía.

Cuando llegó el día, y desde que desperté, me tomé rapidito mi diazepam, uno, dos, tres, todos los del frasco, para parecer bien muerto, o no vivo, como en tu nota decía. De ahi, yo no supe qué paso, hasta que me lo contaste. ¡Cómo pudiste pensar que ya me habías matado! Que lo parecía, ya sé, que con eso todos mueren, también. ¡Pero cómo pudiste creer que tenías alzheimer! Regresaste a tu cloaca y me tachaste en tu libro, asustada, ajustando más la mascarilla en tu rostro. Ay, maldita hipocondriaca. Cuando me viste de nuevo despertar, pensaste que tenías alucinaciones. Y cuando te convencí, al fin, que aún vivía, sólo me dijiste: "Ya no estás en el libro, para mí estas muerto". ¿Qué? ¿Ahora me venías con que no sabías escribir un nombre? Vamos pues, muerte, no te me hagas la viva, que no te sale. ¡Ven a verme!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ESTOY MURIENDO.....
SI POR TU CULPA...
DE RISA....

Anónimo dijo...

ya vez hasta la muerte es traicionera...jajaja..q buena entrada...q habras estado pensando???

Unknown dijo...

la muerte siempre es traicionera ( quizás por eso decimos LA muerte =) )... pero mira creo que ella llega en algún momento...( yo creo que sí estas en su libro, pero como las fastidiado tanto , ella esta resentida... jejeje )... Hey no la fastidies más ... que en verdad te puede borrar de su lista ... y sería realmente aterrador vivir eternamente ....te imaginas.. miles de años, viviendo lo mismo todos los días sin poder descansar..., por eso a la muerte se le respeta caray ! =)

Unknown dijo...

Hey dile a la muerte que no me ande asustando jejeje =) ah y si quieres encontrarla para pedirle que te vuelva a poner en su libro... viaja en combi ! jejeje

steýfer dijo...

muy buena entrada amigo! Pero por qu{e quieres morirte? tan linda qeu es la vida!! Piensa que todavia tienes que llegar a ser poliglota y escritor famoso y tantas otras cosas que te faltan!

wingerr dijo...

Anónimo1: Jeje, ésa es una opción que se le escapó. Pero la depresión no le ayudaba.

Anónimo2: Yo sé quien eres, pero respetaré tu privacidad u_u (cobarde jo jo xD). Yo no pensaba en nada más que en la gripe porcina, pero la idea ya la había tenido antes, cuando cruzaba la av. 2 de mayo xD:

Carlx22: Jaja...sí, pero que venga cuando ya estoy cansado u.u ella es bien caprichosa. (Por suerte no viajo en combis en mi rutina).

Steyfer: Aunque haya incluido muchos aspectos de mi vida, no soy yo, ése sí no soy yo xD...Y espero que todo lo que me predices se haga realidad u_u.

Saludos =)

 
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