Feria del Libro - Trujillo City

Imaginen a esas canchitas de fútbol, de la imagen de arriba, invadidas por toldos blancos, cajones de uvas condicionadas como maceteros de flores moradas, ubicados por doquier pero en cierto orden. El espacio lleno de tierra que no servía para nada, ahora imaginen que esta lleno de pajilla de arroz, y encima, un super toldo con una gran cantidad de confortables sillas, listas para soportar las conferencias magistrales. Una cafetería lo suficientemente grande como para encontrar sitio y, una atención parecida a un kiosco de colegio (o gritas o nada). Pues sí, esa es la 4º Feria del Libro, incluyendo los libros (los clásicos, los modernos, los de ahora, y los bestseller; también, claro está, los minilibros y libros de pensamientos, autoayuda ("pierda su tiempo aquí, le diremos cómo"), y claro, los de a 5 soles están, usaditos, de segunda mano y bonitos -imposible no mirarlos).
Ayer fue la inauguración y, como siempre, una vez más, pude verificar que empezar el recorrido por el lado izquierdo es una gran mala idea (y no es que sea derechista, como dirían ¬¬); pero la democracia sirve aunque no siempre guste, así que ya. Lo único bueno de ese camino eran la cafetería y la exposición de la vida y obra de Mario Vargas Llosa (que por cierto, casi nos sacan a patadas u.u, nos llamaron la atención tres veces, sólo por tocar un escritorio forrado de cartas u.u, patear un hilo nilon invisible que sujetaba un panel, y apoyarnos en una luna, ¡deberían poner indicaciones! ¿A quién se le ocurre poner un ecram en el suelo y no señalarlo, o cuidar adecuadamente xD? Mejor salimos.).
Al final no terminamos de recorrer todos los estantes, es más, diría que vimos la mitad para sorpresa de nosotros. O nos demoramos mucho en la cafetería, o las editoriales se van a dormir muy temprano, o esto es muy grande como para acabarlo en un dia (¡imposible!).
Quizás vaya hoy día, mientras Vargas Llosa esté dando su conferencia en Huanchaco. Yo me quedaré en Trujillo pensando que quizás no debí haberme esforzado tanto por ir. Que quizás luego entienda por qué quise ir a ver a un escritor que no me mueve, y que ni siquiera he leído una novela entera. Aunque la principal razón de mi desistimiento fue la ausencia de compañía. Nadie puede ir, y menos conmigo u.u. Además que la última vez, en la que se presentó Bryce con un vaso de vodka en la mano y mil en la cabeza, fue inolvidable, por todo y por todos (los ausentes).
Lo que sí extrañé fue el aire colonial que le daba la Plazuela el Recreo a esta feria. Ahora, con el estadio Mansiche detrás, el coliseo Chimú al costado, parece demasiado superficial, o quizás se pueda decir: moderno. Ahora la feria no parece de Trujillo. (Extraño las luces amarillas).

(Prometo tomar fotos la próxima vez que vaya).