[Introspección]

Acostumbrarse a la soledad es mucho más fácil si antes ya te era familiar. Es un decir, claro. En la medida de lo posible, la soledad se disfruta, cuando los momentos contigo mismo son suficientes; pero si no, la melancolía se soporta, como un sufrimiento dulce, hermoso, que te encierra en tu rincón, en la oscuridad y bajo el susurro de la música.

Tardé algo de dos días a acostumbrarme al hecho de que de nuevo estaba solo. Inmediatamente me invadieron el miedo y la necesidad del abrazo de alguien. Pero soporté, con la esperanza, o el conocimiento de que, la soledad, es suficiente, que el amor no llega si lo buscas ni se inventa. El amor, señores, no tiene apuro de llegar. Y yo, ya no tengo apuro por vivir.