miércoles, 19 de noviembre de 2008

El grito

Abro el documento de Word, mientras un sentimiento de angustia extrema y miedo reprimido trata de abrirse paso. Me suprimen el pecho al pasar. Y, para gusto mío, aún logro desviar el pensamiento. Pero no, no dura mucho, una cosa es mantener los pensamientos a raya y otra muy distinta ignorar las sensaciones. Sobre todo porque principalmente siento.

Es de noche aquí. Mi cuarto se siente cálido. Es el efecto de la luz artificial que más me gusta, la anaranjadita, o amarilla dirán algunos. Pero el punto es, (ya no se me puede seguir escapando, o yo evadiendo), he recordado por qué a veces me niego a mirar más allá de mis pestañas.

Pasó por la tele la noticia de un chico que quedó parapléjico producto de un accidente. Hace dos años ocurrió, y recién condenan al conductor a tres años de cárcel. El muchacho sólo tiene 22 años y ya está tirado en una cama, cuando segundos antes del suceso caminaba perfectamente, sonreía, soñaba; y ahora, desde el preciso momento del accidente, sólo sobrevive.

Pero mi malestar no constituye en esto. Se basa, lo coge y lo exagera infinitamente. ¿Y si me hubiera pasado a mí? Porque pude ser yo, que camino todos los días entre avenidas, calles, pistas. Pude ser yo, que también soy joven y que también tengo metas por cumplir. Pude ser yo, puedo ser yo, como cualquiera, quien tal vez mañana ya no esté, o peor aún, que esté pero no del todo, sino con los sueños mutilados.

Y así, de pronto, y sutilmente, la fatal conclusión: vivir es un riesgo.

Nunca estamos conscientes, porque la mente suprime lo que no queremos ver, que si avanzamos, sea hacia la cima o la derrota, todos tenemos un fin. Y es que aquí, en nuestra vida, el fin sí justifica el medio. Voy a morir, haré todo lo necesario para morir feliz y satisfecho (el sentido que cada persona le dé a esto es ya, subjetivo por definición).

Por eso escribo esta entrada, porque la angustia me corroe, la desesperación se desenfrena. Es que no sé resolver, por mí solo, una cuestión: ¿Cómo hago para desaparecer el miedo a vivir, y así, al fin, vivir sin miedo? Díganme.

3 comentarios:

ces dijo...

NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

WALT WHITMAN

ces dijo...

pensé en ese escrito mientras te leía. en especial en esa parte que dice "disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante".

todos los días es una posibilidad de enfrentar la vida, de construir lo nuevo, de sentir lo maravilloso.
ante todo esto, vale detenerse por miedo?

un abrazo

Sag22 dijo...

La muerte camina detrás de uno ,podemos sentir su olor y percibirla a cada instante... ella camina detrás de uno esperando el más leve descuido...pero por qué encogernos ante ella...? Todos tenemos miedo a algo... pero sé que si no existiera el miedo ... tampoco existirían los valientes...

 
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