lunes, 10 de noviembre de 2008

luz de ikea

Es de tarde en mi habitación. Mi sombra está cayendo sobre la pared roja y toca la cama antes de volver a mí. No tardará en ponerse la luz de mi lámpara, así que no sé si seguir con lo que estoy haciendo o meterme en el mar antes de la noche, cuando ya da frío bañarse, cuando peor es nada.

-Vicente, Vicente!!-su madre le literalmente le tiraba la puerta abajo. El muchacho dijo “ya va” y sin abrir los ojos se enredó más en la sábana. En su cuarto todo estaba oscuro, bien podría ser de madrugada allá afuera, en el mundo, en Europa; así que mejor otra siestita, no vaya a ser que le estén engañando.
Pero no, la alarma de su móvil sonó por debajo de la cama. Vicente dio un salto y con mucha pereza escarbó entre las sombras hasta apagar el aparato.
-Hijooo!!-su madre empezó a especular sobre su salud, sobre lo alarmante de su sueño.
-Ya vaaa!!-El muchacho encendió su lámpara. Imaginó el atardecer de Huanchaco, el sol cayendo, la arena bajo los pies. A su alrededor estaban sus primos: “Oe, ya es tarde, vamo’ ya” y se iban a los puestos de papas rellenas y picarones. “Ya, al toque ps, me doy un remojón mmmmfff”. El agua estaba fría y el sol ya no calentaba, pero el muchacho tomaba las olas como desquiciado(a).

1 comentarios:

Adnil dijo...

esta bien, dignaré a esta entrada en tener un comentario mio, solo porque tengo una duda...dónde está Vicente, en Europa o Huanchaco? jaja ^^ ..Añorar un espacio pasado..=)

 
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