Billetera nueva

He perdido mi dni por no tener billetera. He estropeado mis tarjetas de metro. He perdido direcciones importantes. Y la otra vez se rieron de mí cuando para pagar en una tienda, saqué los billetes de mi bolsillo y el que me atendía se puso a quitarles las pelusas... en mi delante.

Los últimos días me he fijado que en el Mall hay una tienda bien chévere que vende cosas de machos, y entre tantos artículos para el cabello y cremas faciales, también hay una súper billetera, recontra marrón, con buen diseño; vamos, es el papá de las billeteras. Así que voy a la tienda, la señalo, me la traen, me hago el que la examino, pregunta estúpida “¿es de cuero?”, el dependiente lejos de reírse, en vista de que tengo cara de que me la puede vender, me dice “sí, joven, de buena calidad” y sacude la billetera splash, splash sobre su brazo, como si fuera un látigo. “Bueno, le digo mirando las marcas que le dejó, me la llevo” Entonces el dependiente, valiéndose de la otra mano saca una bolsita con la marca de la tienda, mete la billetera, me hace una boleta de venta y me la extiende. Yo miro cuánto pone en la cifra, “Híjole”.

Salgo de la tienda con la billetera abultándome en el bolsillo de atrás, parece que tuviera más trasero. Pero todo es purita billetera, ojo, porque ya no tengo plata que meterle, ahora nomás tengo billetera. En la esquina miro bien antes de tomar el micro, no vaya a ser que pase un choro y me la robe, no tengo plata, y aunque la tenga. De ahora en adelante me preocupará más la billetera.