viernes, 14 de noviembre de 2008
Ocaso
- Ven, quiero decirte algo -le dijo ella desde el árbol, con una ternura irresistible y casi sensual. Parecía una niña caprichosa, imposible ignorarla. Así que trepó lentamente el árbol y llegó tembloroso, a la rama gruesa que ahora sostenía a los dos. Nunca había trepado a uno, ésta era su primera vez, y esa idea le gustaba. Le gustaba mucho.
- Qué alto te gusta subir, eh –empezó él, no sabía cómo romper el hielo, es decir, el suyo, porque ella no paraba de reírse secretamente de su nerviosismo.
- De acá se ve mejor todo… incluso tus formadas nalgas –y sonrió, descaradamente. Él casi se cae, estrepitosamente del árbol. Un movimiento en falso, una vacilación del brazo, y ya estaba abajo, si no fuera por las manos ágiles de ella, tan atentamente ida y presta.
- Wow, esa estuvo cerca…eh… ¿para qué me llamaste? –preguntó, haciéndose el loco.
- Ah, sí, quería decirte algo.
- Dale, escucho –alegre de haber cambiado el tema.
- Pues…es difícil .
- Ya… seguro lo es. Tú no eres así.
- ¿Cómo así?
- Vacilante…siempre andas sin ataduras y de pronto hoy tienes muchos nudos. Raro.
- Jah, cierto… -y rápidamente se inclinó hacia él y le dio un beso en la mejilla.
- ¿Y eso por qué fue? Digo…gracias, je, pero…qué pasó…
- Por nada.
- Ya… –estaba acostumbrado a sus arranques de afecto.- ¿ Entonces?
- Me voy.
- ¿Qué?, si todavía es temprano, el sol ni siquiera se oculta y en la noche te…
- No, me voy de la ciudad –lo miró directamente a los ojos.
- ¿Qué?, ¿Por? ,¡¿Cuándo?!
- Pronto. Es mejor que no lo sepas…hoy es nuestra despedida.
Había empezado a oscurecer.
- ¿De verdad me quieres? –dijo él después de un rato.
- Claro tontito –y le sonrió mientras le golpeaba dulcemente la cabeza.
- Nunca nos besamos.
- ¡Todavía no hables en pasado! ¡No, no!
- ¿Ah no? ¿Qué más da? El sol ya se oculta.
- ¿Tú me quieres? –se atrevió ella.- ¿De verdad?
- Yo te amo.
- Ya…-suspiró.- Ahora me podré ir tranquila.
- No entiendo.
- Sí, si me amas no me iré del todo. Este lugar sería feo sin mí –y rió forzadamente, ocultando el frío.
Bajaron del árbol, de noche ya, y se agarraron de la mano. Caminaron hasta la ciudad a través del bosque oscuro, y salieron a la luz, la más artificial e hiriente que pudieron encontrar.
Jamás se iría del todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
abuuu qué bonita cuento, me gustó el diálogo, sencillo y tiene un toque de misterio, curiosidad, además de que logra dibujar en la mente los detalles =) muy bien redactado, y muy linda la temática.
Me puse a releer algunas historias y a pesar q esta lleva meses (iba a decir años) en este blog se me hace como si fuese la primera vez.
Esos dialogos cortos no se como pero me hicieron visualizar en HD la historia...
Publicar un comentario