domingo, 7 de diciembre de 2008

Dos tipos que no salen de noche

Tengo un amigo que escribe. No muy bien, ni muy seguido, pero ahí le da. Estos días me lo he encontrado varias veces por el campus sentado en la misma banca llamando a la inspiración. Las bancas sólo son para sentarse.
-¿Sobre qué estás escribiendo?-le pregunto.
-Sobre varias cosas. Todas están para terminar, así voy.
"Ah, qué chévere", siempre respondo qué chévere a todo, eso es a priori, y le digo que a mí también me gusta escribir y que estos días he estado algo flojo con un cuento que no se deja contar.
-No es culpa del cuento-me dice-, sino tuya, que no sabes narrar, seguro.
-Je je-digo-puede que tengas razón.

Y me voy de su lado. Vuelvo a casa a terminar el cuento mientras él busca inspiración para empezar dos o tres más... "a ver si tu banca no se cierra sobre tu trasero" le digo cuando no puede oírme, recontra picón.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribir no fue hecho para todos asi que aunque voy a usar una frase bastante popular, la cantidad no quiere decir calidad muchos pueden hacer un monton de cosas pero cuantas de esas valen realmente la pena...adivina quien soy la ingrata pues!!! ya sabes???

 
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